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DESCUBRE YOGA CON ARANTZA

Como deportista de competición, la actividad física ha sido uno de los pilares fundamentales de mi vida, formando parte de ella desde la infancia. El deporte me enseñó esfuerzo, superación, perseverancia y humildad. Pero también a conocer y escuchar mi cuerpo, a respetarlo, a reconocer sus límites y a aceptarlos.

Años después, el Yoga no llegó a mi vida como un flechazo, sino que fue abriéndose camino poco a poco, madurando, sigilosa pero firmemente, hasta alumbrarlo todo, mucho más allá de la esterilla. 

Dar clase es para mí la oportunidad de compartir las experiencias adquiridas durante años, desde el respeto devocional a la tradición del Yoga y el infinito agradecimiento por las enseñanzas recibidas y por llegar. Y siempre con una firme convicción:  sin la respiración adecuada no es Yoga, sin introspección no es Yoga.

En mis clases trato de crear un ambiente acogedor y seguro, prestando especial atención al alineamiento correcto y observando las circunstancias individuales de cada persona a todos los niveles. En un entorno sereno, que favorezca la dirección de tu atención hacia la inmensidad de tu interior,

invitándote a reconectar con tu esencia natural. 

Cuando no estoy practicando o compartiendo Yoga me puedes encontrar sumergida en la naturaleza, con las manos en la tierra, cuidando de mi familia, divirtiéndome en la cocina, jugando con mi perrita,

cantando bhajans…  ¡y deseando encontrar más tiempo para leer!

Me encanta la soledad y estar cerca de la Tierra. Y el silencio es mi música favorita.

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